miércoles, 21 de octubre de 2009

El Ascensor


PRECAUCIÓN: Escuchar la canción mientras leen el post, en: http://www.youtube.com/watch?v=zHnZS8mAKGM
Mi vida era la de una ascensorista de medio tiempo, con un sueldo que mejor resumo en un paquete de galleta de soda y una gaseosa sin helar. Se puede decir que soy una estudiante universitaria de quinto ciclo de una de las tales carreras del futuro que se supone que me va a dar dinero para largarme de aquí, pero de la que no he visto hasta el momento ni pio que valga. Vaya carrera, vaya oportunidades desperdiciadas, vayas anhelos perturbados y vaya años invertidos de mi humilde vida para convertirme en lo que soy, una ascensorista de medio tiempo en mi propia universidad.
Pero en cierta forma, inverosímil que suene, me encanta; creo que le he encontrado un gusto agridulce el adivinar que cursos lleva la gente, que aspiraciones puedan tener, descifrar los gestos en sus rostros, a que clases estarán llegando tarde, muchas cosas que se que otros trabajos “más ejecutivos” no hubiera podido tener (…)

Como lo dije previamente, trabajo medio tiempo, ya que por la noche estudio, si eso se puede llamar estudiar, puesto que llevo mi cuerpo casi como un despojo carcomido por las horas en el ascensor que consumen lo poco de vitalidad que me queda, que eventualmente sufrimos todos pero que muchas veces siento que se desquitan con mi triste vida. En clase muchas veces sucede que mi cuerpo está ahí pero mis más profundos pensamientos están en la pintura que deje a medio terminar en mi pequeño zaguán que uso como estudio.

Lo único que me llena de esperanza, es saber que en la noche me encontraré con “Sandy”; sí, el chico al que estoy tratando de amar, no me pregunten por que le doy la presunción de “tratar”, como muchas veces me dijeron no hay palabra mal dicha sino mal interpretada, es todo lo que puede decir. Esta claro que me encanta todo de Sandy por eso casi siempre cerramos el día con un choque estruendoso pero armonioso a la vez de nuestros cuerpos deseosos de placer.

Veo a cámara lenta pasar los días, como suelen pasar las estaciones, como suelen pasar las fechas importantes, como suelen pasar el vaivén de sucesos en nuestras tan cortas y penosas vidas, y finalmente vi pasar mi cumpleaños, que lastimamente solo pasan una vez al año, porque ese día que paso me hiciste muy feliz Sandy, más de lo que te hice creer.

Recuerdo que me recogiste al trabajo, ósea al ascensor, y me dijiste: señorita, por favor al último piso. No me dijiste nada más en todo el camino. Me sentí confundida, pensé que estabas bromeando pero tus gestos, me decían todo lo contrario. Quería decirte: ¿Qué pasa? Pero me quede fría, a 10 grados bajo cero, creo yo. Al sonar el pitito del ascensor, que siempre suena así cuando llega a su destino, saliste presuroso del ascensor y al instante me dijiste: Muchas gracias señorita, la espero en el techo del edificio… No me dijo nada más. Dentro de mi misma me dije: Esta loco, estoy en hora de trabajo, y el sabe que si mi supervisor se entera que me di a la fuga, me votan de este trabajo que me da de sueldo un paquete de galleta y una gaseosa sin helar. Como era mi cumpleaños y casi nadie me había saludado, aparte de la señora que hace la limpieza en los baños, decidí darme a la fuga como lo haría cualquier prófugo de la ley.


Cuando llegue a la plataforma de ladrillo descubierto del techo del edificio, mire a todos lados, pensando en encontrar a Sandy, mire a todos lados y nada. Al instante sentí a alguien parado atrás mío, ese mismo alguien me susurro al oído: -Que profundo es tu amor en mí- , yo solo pude voltear y ver a Sandy parado con una sonrisa dibujada en su rostro con un juego de flores, cartuchos y lluvia que lo adornaban. Lo que consiguió esa noche no lo había sentido, desde cuando era un niña, un día en Navidad que mi padre, fallecido hace 5 años, me dijo: Eres lo que más amo en la vida. Está claro que ese fue el comienzo de un memorable día en mi vida. A la semana siguiente, me enteré que el había hablado con el supervisor para que me dejará irme más temprano ese día, lo que en cierta forma no lo volvió una fuga y mucho menos me volvió una prófuga de la ley, como yo lo creía. (…)

De vez en cuando hay algo en mí que no pasa como suelen pasar eventualmente las cosas en mi vida sino que crece y es esa impotencia de ver cambios bruscos en mi cuerpo. Me siento muy mal porque ya no soy tan fogosa en la cama y tengo miedo de que Sandy me deje.

Pero que puedo hacer si este apestoso y estrecho ascensor no me deja mover, no me deja volar con mis propias alas. Muchas veces he pensado dejarlo, diría que ochocientos treinta y siete veces desde que empecé a saturarme de este trabajo, en verdad ya perdí la cuenta, pero que tiene que ver eso, si a fin de cuentas ya me canse de siempre estar escuchando: primer piso, por favor; o muchas veces, o como sucede siempre me dicen: date prisa al onceavo piso. Muchas veces me han dado ganas de mandar a más de uno por las escaleras pero en esos tiempos no podía hacerlo pero reflexionándolo bien ahora si me siento capaz, me siento capaz de depender exclusivamente de mis pinturas y de Sandy. Si ahora si puedo (…)

¡Diablos! Eso lo digo muy a menudo cundo el bendito ascensor se malogra. Me siento menospreciada y disminuida por la universidad por no arreglar de una vez por todas, este ascensor. Que arreglar, deberían de cambiar estos kilos de chatarra por algo mejor. La otra vez recuerdo que me quede encerrada por 1 hora con 3 estudiantes y una docente, para variar el técnico encargado demoró toda lo que su reverenda gana le permitía. Digo: ¡Diablos! una vez más por que no tengo nada más que decir. Y así acaban muchos de mis días, viéndolo por el lado positivo no tengo que verles la cara a mas personas por hoy día (...)

Esta noche Sandy me propuso acompañarlo a un viaje de una semana a la Sierra, no me dijo explícitamente donde, solo me dijo: vamos para la Sierra. Sandy es un joven con un futuro alentador, le encanta el mundo de la fotografía, por un lado el si fue exitoso en lo que se propuso y mejor aun en lo que lo apasiona. En ese instante me solicita una respuesta. Y solo le digo: puede ser.


Esa noche se va de mi mini departamento, que más parece esas mini que usan varias chicas por las noches, y por consiguiente no pasaremos juntos la noche. Cuando veo su sombra cruzar la puerta, vuelvo a analizar en la respuesta que le di hace unos instantes.

¿Puede ser qué?, me dije. Si yo se que esa área de dos metros cuadrados no me dejará escapar de esta maldita monótona vida. Y para variar termino el día detestando la vida que me toco vivir. (…)

Se abre y se cierra el ascensor una y otra vez, siento como este envejece conmigo, he llegado a pensar que mi vida se ha vuelto exclusivamente el ascensor y el ascensor se ha vuelto mi vida; a veces pienso que el ascensor me habla, loca me he vuelto creo, pero que es la locura sino mas que estar en tu propio mundo y que nadie te entienda. (…)

Sandy viajo. Si, a ese viaje, el cual el me había invitado, y al que solo le pude decir: puede ser. Y como dicen: puede ser que si y puede ser que no; pero en mi caso es como un no contundente. Como un no, al dejarme amar, al dejar que me amen; pero así es, vivo presa de este ascensor que sube y baja, que no me deja escapar. Solo pedía disfrutar cada instante, pensé que estaba comenzando a amar a Sandy pero en verdad lo usaba como este maldito ascensor me usa a mí.

Cuando Sandy regresó de su viaje, nos vimos esa misma noche de su regreso, el vino hasta mi ascensor a recogerme, y fueron las siguientes palabras que salieron de mi boca, sin una razón ni con un por que: Vete por favor y déjame con mi ascensor, sal rápido por favor, que estas estorbando a la gente. El me miró y dijo: pero. No hay peros Sandy, le dije. Sandy se fue con un rostro que pareció arrasado por una torbellino de confusiones, y dejo caer una caja de crayones oleo, las cuales me iba a regalar, creo yo. Yo las deje ahí toda la noche, hasta que la chica de limpieza me dijo: ¿Señorita son suyas?...Yo solo le dije dejalo ahí.


Y lo único que verdaderamente comprendí ese día es que Sandy y sus crayones siempre tendrán un cuarto reservado en mi corazón…



*Hay les dejo la letra de la canción, disfrutenla. Saludos.


How deep is your love (que profundo es tu amor) – Bee Gees!

I know your eyes in the morning sun
I feel you touch me in the pouring rain
And the moment that you wander far from me
I wanna feel you in my arms again


And you come to me on a summer breeze
Keep me warm in your love and then softly leave
And its me you need to show
Chorus:
How deep is your love
I really need to learn
cause were living in a world of fools
Breaking us down
When they all should let us be
We belong to you and me
I believe in you
You know the door to my very soul
Youre the light in my deepest darkest hour
Youre my saviour when I fall
And you may not think
I care for you
When you know down inside
That I really do
And its me you need to show

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